martes, 22 de octubre de 2013

PAN DE MUERTOS

Por si alguien no se ha enterado todavía (cosa que dudo), estamos en México DF y aplicando el dicho "Donde fueres haz lo que vieres" (siempre y cuando te convenza, te apetezca y te dé la gana) decidí montar mi Altar de muertos.
Hace una semana, más o menos, mi vecino de enfrente puso uno en la puerta de su casa, me lo encontraba cada vez que salía al descansillo. La chica que viene a ayudarme en casa me explicó lo que era, se pone en estos días para recordar y honrar a los muertos.
Este es el altar que ha puesto mi vecino andorrano, por más señas.
Estoy pensando que me va a salir un post larguísimo, así que voy a ir hablando de cada elemento del altar uno a uno y el último día, os enseño el que hice yo, aunque no es demasiado ortodoxo.
Hoy toca hablar del PAN DE MUERTOS. Hace ya un mes, como mínimo, que empecé a ver este dulce en las estanterías de las tiendas.

El pan de muerto, que es para los mexicanos un verdadero placer, tiene su origen en la época de la Conquista, inspirado por rituales prehispánicos, y hoy en día es uno de los componentes más importantes de las ofrendas dedicadas a los Fieles Difuntos.

Comer 'muertos' es para el mexicano un verdadero placer, se considera la antropofagia de pan y azúcar. Foto: Archivo
Comer 'muertos' es para el mexicano un verdadero placer, se considera la antropofagia de pan y azúcar.
Foto: Archivo
También hacían un ídolo de Huitzilopochtli de "alegría", al que después encajaban un pico y, a manera de sacrificio, le sacaban el corazón en forma simbólica, pues el pan de amaranto era el corazón de ídolo. Luego se repartían entre el pueblo algunos pedazos del pan para compartir la divinidad.Se cree que de allí surgió el pan de muerto, el cual se fue modificando de diversas maneras hasta llegar al actual.

El pan de muerto tiene un significado, el círculo que se encuentra en la parte superior del mismo es el cráneo, las canillas son los huesos y el sabor a azahar es por el recuerdo a los ya fallecidos.

Las poblaciones mexicanas especialmente del centro y sur del país han tenido un gusto particular por ese pan de fiesta, pan dedicado a los difuntos que regresan a reencontrarse con sus familias el 31 de octubre, 1 y 2 de noviembre, de acuerdo con la tradición de "Día de Muertos" que se ha heredado de generación a generación desde hace varios siglos.
El gusto por la elaboración de un pan especial para el caso se remonta a la época de los sacrificios humanos y a la llegada de los españoles a la entonces Nueva España (ahora México), en 1519. Cuentan que era un ritual en el México de antes de la conquista que una princesa fuera ofrecida a los dioses, su corazón aun latiendo se introducía en una olla con amaranto y después quien encabezaba el rito mordía el corazón en señal de agradecimiento a un dios.
Los españoles rechazaron ese tipo de sacrificios y elaboraban un pan de trigo en forma de corazón bañado en azúcar pintada de rojo, simulando la sangre de la doncella. Así surgió el pan de muerto.

José Luis Curiel Monteagudo, en su libro "Azucarados Afanes, Dulces y Panes", comenta: "Comer muertos es para el mexicano un verdadero placer, se considera la antropofagia de pan y azúcar. El fenómeno se asimila con respeto e ironía, se desafía a la muerte, se burlan de ella comiéndola".
Otros historiadores han revelado que el nacimiento de ese pan se basa en un rito que hacían los primeros pobladores de Mesoamérica a los muertos que enterraban con sus pertenencias. En el libro "De Nuestras Tradiciones" se narra la elaboración de un pan compuesto por semillas de amaranto molidas y tostadas, mezclado con la sangre de los sacrificios que se ofrecían en honor a Izcoxauhqui, Cuetzaltzin o Huehuetéotl.

Yo sólo puedo decir que está muy bueno, con un sabor entre el suizo y la ensaimada.
Los hay de todos los tamaños, minis, individuales, para varias personas, tipo tarta, pueden ser con azúcar espolvoreada (los típicos de la capital), con ajonjolí, rellenos de cajetas, de nata, de chocolate..., coloreados, con adornos de todo tipo.




¡BUEN PROVECHO¡

2 comentarios:

  1. En el pueblo de mi madre era tradición que los familiares del difunto ofrendaran durante el funeral un pan. No sé hasta que punto tiene esto que ver con los ritos precolombinos de culto a los muertos, pero al asunto se le escapa un poderoso efluvio de rito pagano difícil de disimular.

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  2. A buenas horas veo este comentario, estoy fatal de lo mio. En realidad se mezcla constantemente paganismo y religión, los ritos, creencias y fiestas más ancestrales se copian y repiten en las religiones que los sustituyeron y, curiosamente, aparecen puntos comunes en los lugares más lejanos. Al final todos venimos del mismo sitio, y espero, vamos al mismo también.

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