domingo, 10 de noviembre de 2013

FUKUSHIMA Y LAS MANUALIDADES

Que no señores, que todo fue falta de imaginación, que tienen pocas mujeres en puestos de alto nivel y luego pasa lo que pasa, que no hay recursos.
Si me llegan a preguntar a mí qué hacer cuando fue el escape en Fukushima, lo tengo clarísimo. No hubiera cundido el pánico, el gobierno japonés y los responsables de la central habrían salvado la cara y aquí paz y después gloria, total, no tenía solución, mejor vivir contentos.
Yo hubiera declarado con la cabeza bien alta que no había habido escape alguno, que todo era debido a que estábamos en Temporada de Manualidades y eso explicaba que hubieran saltado todas las alarmas radiactivas de la zona.
¿Qué tal esto como nueva señal "CUIDADO, TEMPORADA DE MANUALIDADES?
Y no lo digo por decir, así a lo loco, sé que los cientíicos de mente más preclara estarán ahora mismo asintiendo con la cabeza (salvo Hawking, pero él también está de acuerdo conmigo). Tengo pruebas de lo que afirmo.
Algo está pasando en los colegios de México DF que todas las madres estamos siendo embarcadas en una especie de paranoia pretecnológica y nos piden llevar todo tipo de objetos de variada procedencia, ya sea una maqueta del Thal Majal hecha con palillos redondos, ya un cohete que funcione con leche deslactosada....
No es el Tal Mahal pero sí que está hecho de palillos, ¿a que mola?
El caso es que una de las víctimas recientes fue mi amiga Laura que tenía que presentar, y, ahí estaba lo bueno, para concurso, una maqueta que representase a su país, España.
Después de una tormenta de ideas vía wasap quedó la cosa en un mapa de España sobre superficie dura, fotos en tamaño mini de distintos lugares representativos de nuestra cultura pinchados con unos palitos en el lugar correspondiente y, ¡oh, lá, lá! un luminoso mar hecho con arenilla azul y olas brillantes
Una preciosidad que, dado el tamaño del invento y que mi casa es la más próxima a la papelería donde venden de casi todo (no le llega a Fantasías Miguel ni a la suela del zapato, pero eso es otro tema para un futuro), decidimos montar toda la infraestructura en la mesa del salón.
Ya empezamos bien porque una mañana otoñal en la que yo anduve más retrasada de lo esperado y no llegué a mi hogar hasta la muy pasada la hora de comer, se plantaron sin previo aviso, y para estupor y desconcierto de mi asistente, tres españolas chifladas y un niño monísimo y, sin esperar más, desplegaron todo su arsenal manualístico y allá se liaron con el pegamento, las banderitas y sobre todo, la dichosa arena azul.
He aquí a la culpable de todos los males de la humanidad
El meollo de este asunto es que la cola no fue suficiente para fijar la arena, como quedó claro al día siguiente cuando hicimos la prueba y se cayó la mitad. R., la peluquera, nos recomendó probar con laca, así que compramos un bote y ¡a por ello!.
Abrí la ventana y empezamos a pulverizar sin escatimar en gastos, de hecho estrujamos el bote cual tubo de pasta de dientes un domingo por la mañana.
A los cinco segundos escasos comenzaron a sonar, no uno, sino dos pitidos taladrantes que nos advirtieron de:

  1. Hay un incendio en el piso/edificio, debes evacuar a toda prisa.
  2. Hay un escape de gas en el piso, evacúa a toda prisa.
  3. Hay un incendio y un escape de gas, corre o reza lo que sepas, depende de tu forma física y tu fe, como tú veas.
Medio sorda y aturdida hice lo que siempre hago en estos casos, llamar a Alejandro, el de mantenimiento.
Alejandro es un chico encantador que siempre es capaz de poner cara de "Tranquila, es normal, le pasa a cualquiera", mientras debe estar pensando "Pinche güera, si es más tonta no nace porque no encuentra el agujero". (Esto da para otro post, ya me salen dos más a cuenta de éste, ¡qué bien!).
Pero date que Alejandro estaba ocupado en otro piso y tardó como 10 minutos en llegar. Con dos alarmas vociferando a pleno altavoz parecen 10 años, pero aún así no desfallecimos y seguimos comentando y trabajando como si nada. Adaptación al medio, creo que lo llaman.

Por supuesto ni nos planteamos evacuar, si haces caso a todas las alarmas que suenan en un día te pasas la vida subiendo y bajando a la calle. Igual por eso las mexicanas se arreglan tanto, nunca sabes cuando toca y mejor no te pille en zapatillas y con los rulos.
Como es obvio para cualquiera que lleve en el DF más de 3 meses, saltó la alarma de gases debido a la concentración de laca por m2, nada importante ni inusual. La única manera de parar el sonido espantoso fue cortarle el suministro eléctrico (algo que aquí la compañía de la luz hace de oficio varias veces al día, son así de gentiles), abrir todas las puertas y ventanas y esperar un par de horitas a que se dispersara todo aquello.

Así que me quedó claro, en realidad no hubo escape radiactivo alguno, si investigamos seguro que descubrimos que en las proximidades de la central hubo algún evento, fiesta de graduación, cumpleaños de los 15 o despedida de soltera que hizo que un número inusualmente elevado de mujeres emplearan para engalanarse la mortífera ¡¡¡LACAAAAA!!!.
Juro que poniendo LACA en Google sale ésto, y quien soy yo para llevarle la contraria. Además así  da menos miedo, hasta parece algo bueno la laca, y el cianuro, y el arsénico, y la cicuta....
Y mi amiga ganó el 2º premio del colegio. El próximo año quedamos primeras, vive Dios, pero no está mal para empezar.
¡QUÉ VIVA ESPAÑA!


4 comentarios:

  1. Enhorabuena, un segundo premio es un gran triunfo. Decididamente no te aburres nada de nada.

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    1. Ni un poquito, esta ciudad te proporciona cada día un nuevo desafío. Cuando crees que ya lo has visto todo te demuestra que no es cierto. Un beso.

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  2. ¡¡Si señora!! Así se hace patria.

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  3. También había que llevar comida típica, ella hizo tortilla de patata, yo creo que algo influyó en el voto, tenían una pinta buenisima. Un beso.

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